1. Campos de lavanda de Brihuega
En los alrededores de la localidad manchega de Brihuega, en la provincia de Guadalajara, se encuentran unos espectaculares campos de lavanda. Esta población se ha convertido en uno de los grandes productores mundiales de la esencia de lavanda, con el diez por ciento del total de la producción.
Una de las mejores épocas para disfrutar de sus colores y aromas es durante la floración, que a diferencia de lo que muchos creen, no tiene lugar en primavera sino a mediados-finales de julio.
2. Pueblos negros de Guadalajara
Otro de los atractivos de la provincia de Guadalajara son los conocidos pueblos negros, caracterizados por el uso de la pizarra negra en la construcción de sus casas y calles. Son lugares sin grandes monumentos, donde pasear hasta perderse.
Algunos de los pueblos donde más se puede apreciar el uso de este material son Tamajón, Campillejo, El Espinar, Campillo de Ranas, Majaelrayo, Roblelacasa, El Cardoso de la Sierra, Almiruete, Palancares y Valverde de los Arroyos.
3. Molinos de viento de Campo de Criptana
En el municipio de Campo de Criptana, en la provincia de Ciudad Real, se encuentran los famosos “gigantes” a los que se enfrentó Don Quijote. Diez molinos de viento que se distribuyen entre la ladera y la cima de una colina con espectaculares vistas de la población y la planicie manchega.
Puedes aprovechar la ocasión para visitar el barrio de Albaicín, un conjunto de calles estrechas y empinadas con casas blancas y tejas árabes. Uno de los mejores momentos del día para visitar estos lugares es durante la puesta de sol, especialmente cuando los días empiezan a alargarse.
4. Parque Natural de las Lagunas de Ruidera
El Parque Natural de las Lagunas de Ruidera se encuentra en los límites de las provincias de Ciudad Real y Albacete. Este lugar alberga una gran diversidad de especies animales y plantas y está formado por un complejo sistema lagunar compuesto de quince lagunas que forman cascadas y saltos entre sí.
Uno de los rasgos más característicos de este espacio natural son precisamente las barreras travertínicas, las formaciones geológicas que originan estas cascadas y saltos tan representativos.
5. Parque Nacional de las Tablas de Daimiel
En la provincia de Ciudad Real, entre los términos municipales de Daimiel y Villarrubia de los Ojos se encuentra el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, un humedal que se produce por el desbordamiento de los ríos Guadiana y Cigüela.
Es el último representante de un ecosistema denominado tablas fluviales, formado en un terreno adyacente a la cuenca de un río donde la pendiente es escasa. Es una zona de especial protección para las aves (ZEPA) y parte de la Reserva de la Biosfera La Mancha Húmeda.
6. Parque Nacional de Cabañeros
El parque Nacional de Cabañeros está situado entre las provincias de Ciudad Real y Toledo. Debe su nombre a las chozas utilizadas por los pastores y los carboneros para refugiarse temporalmente de sus labores en el campo.
Se trata de uno de los espacios protegidos de mayor relevancia de la Península Ibérica, albergando una de las mejores representaciones de bosque mediterráneo. Durante la primavera, la flora de este espacio natural empieza a brotar y dar color a las praderas en las rañas de Cabañeros.
7. Parque Natural Los Calares del Mundo y de la Sima
Otro lugar espectacular para visitar en Castilla-La Mancha es el Parque Natural Los Calares del Mundo y de la Sima, en la provincia de Albacete. Un espacio natural que sorprende por sus formaciones hidrogeológicas y su enorme riqueza botánica.
Algunas de las formaciones geológicas más destacables son la Cueva de los Chorros del Mundo, con más de 50 kilómetros de galerías exploradas, y el nacimiento del Río Mundo, con una espectacular caída de más de 80 metros y pequeñas pozas de agua.
8. Barrancas de Burujón
Entre los municipios españoles de Burujón, Albarreal de Tajo y La Puebla de Montalbán, en la provincia de Toledo, se encuentran las Barrancas de Burujón, formaciones sedimentarias de color rojizo formadas por la erosión del viento y curso del río Tajo.
El otoño es una de las mejores épocas del año para visitar este paisaje tan poco común, cuando los cortados comienzan a adquirir nuevas tonalidades.
9. Parque Arqueológico de Segóbriga
El Parque Arqueológico de Segóbriga se encuentra en la población de Saelices, en la provincia de Cuenca. Está constituido en torno a un antiguo castro celtibérico y la posterior ciudad romana de Segóbriga, que albergaba un teatro, anfiteatro, termas públicas, templos y mercados.
El parque arqueológico está concebido para ayudar al visitante a comprender e interpretar los restos arqueológicos, que se encuentran en bastante buen estado de conservación. ¡Visítalo y descubre cómo se desarrollaba la vida cotidiana en esta ciudad romana!
10. Yacimiento arqueológico Tolmo de Minateda
El yacimiento arqueológico Tolmo de Minateda es el conjunto arqueológico más importante de la provincia de Albacete. Se halla en la población de Hellín, en una planicie de aproximadamente siete hectáreas en un estratégico cruce de caminos.
En él se pueden encontrar huellas de los visigodos, los árabes y los romanos. Algunos de los lugares imprescindibles son la Vaguada (o “El Reguerón”), las murallas defensivas, la necrópolis íbero-romana y visigoda, los edificios religiosos y la ciudad y su entramado urbano.
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