Hondarribia, Guipúzcoa
Para muchos, Hondarribia es el pueblo más bonito del País Vasco. Uno de los principales atractivos de esta población guipuzcoana fronteriza con Francia es su puerto pesquero, que conserva la esencia de un antiguo enclave de la burguesía vasca.
Cuenta con un casco antiguo magníficamente conservado construido en torno a la plaza de Armas que, junto con las callejuelas, las casas pintadas de colores vivos y algunos palacetes renacentistas y barrocos, conforman un espectacular conjunto monumental adoquinado.
Zumaia, Guipúzcoa
La localidad de Zumaia está situada en uno de los tramos más bonitos del litoral guipuzcoano, rodeada de verdes montañas que descienden hasta el mar en forma de abruptos acantilados.
Destacan los espectaculares Flysch de Zumaia, formaciones rocosas de origen sedimentario causadas por las mareas que se pueden ver cuando hay marea baja, y la bucólica ermita de San Telmo, una pequeña capilla situada en lo alto de un acantilado con vistas a la playa de Itzurun.
Además de sus irresistibles paisajes costeros, Zumaia cuenta con un espectacular casco histórico presidido por la parroquia de San Pedro, una imponente iglesia gótica que se levanta sobre el resto de los edificios.
Getaria, Guipúzcoa
A los pies del monte San Antón se encuentra la villa medieval amurallada de Getaria. La población guipuzcoana es conocida por sus grandes extensiones de viñedos, que producen la uva del txakolí con Denominación de Origen Getariako Txakolina.
El núcleo urbano de la población conserva casas medievales y palacetes, entre los que destaca la iglesia de San Salvador. Sus calles descienden hasta el mar, donde se encuentra el puerto de este tradicional pueblo de pescadores y grandes navegantes como Juan Sebastián Elcano.
Lekeitio, Vizcaya
La localidad vizcaína de Lekeitio está situada junto al mar, en una bahía protegida por verdes colinas. El río Lea desemboca entre las playas de Isuntza y Isuntza, donde se encuentra su tradicional puerto pesquero. Frente a él se halla la emblemática isla de San Nicolás, a la que se puede acceder solo cuando baja la marea.
El casco antiguo de la población está formado por pintorescas callejuelas en las que sobresale la basílica de Santa María, un monumento de gran tamaño con espectaculares arbotantes esculpidos en su portada gótica.
Bermeo, Vizcaya
La población de Bermeo es conocida por albergar uno de los lugares más famosos y emblemáticos del País Vasco, la ermita de San Juan de Gaztelugatxe, situada en lo más alto de un islote conectado a tierra por un puente con escalones de piedra.
Dos de los principales atractivos de este pueblo de la provincia de Vizcaya son el puerto marítimo, con sus barcos y edificios marineros, y el casco antiguo, donde se encuentran la Casa Consistorial y la iglesia de Santa María. El escritor y periodista estadounidense Ernest Hemingway visitó esta localidad vasca en los años cincuenta y quedó enamorado de la belleza de esta tierra y la hospitalidad de sus gentes.
Mundaka, Vizcaya
La villa marinera de Mundaka se encuentra en la provincia de Vizcaya, al norte de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, el humedal más importante del País Vasco. La localidad cuenta dos espectaculares miradores para poder observar este singular espacio natural, considerado
Los principales atractivos de la población son la iglesia gótica de Santa María, el crucero renacentista de Kurtzio o del Calvario y el Palacio de Larrinaga. Sus playas son el destino de muchos surfistas, que quieren surfear la llamada ola de Mundaka, considerada como una de las mejores olas izquierdas del mundo.
Balmaseda, Vizcaya
En una encrucijada de caminos entre Santander, Burgos y Álava se encuentra Balmaseda, la que fue la primera villa por fundación del territorio de Vizcaya.
El núcleo urbano de la localidad está formado por antiguas calles medievales unidas por cantones. Tres calles paralelas al río Cadagua conectan la impresionante iglesia de San Severino con el Puente Viejo o de la Muza, dos monumentos que recuerdan el esplendor de esta población que antiguamente servía de puerta natural entre Vizcaya y Castilla.
Laguardia, Álava
Rodeado de algunos de los viñedos y las bodegas más atractivas de la Rioja Alavesa, se encuentra Laguardia, un municipio con una gran importancia militar para el antiguo Reino de Navarra.
Esta villa medieval está ubicada en lo alto de una colina con espectaculares vistas a la Sierra de Cantabria. Vale la pena acceder al centro cruzando por alguna de las cinco puertas medievales de la muralla, especialmente la de Páganos, la de Santa Engracia o la Nueva de Carnicerías, y visitar el pórtico de la iglesia de Santa María de los Reyes.
Elciego, Álava
La pequeña localidad de Elciego, en la Rioja Alavesa, se ha convertido en una parada obligatoria para los amantes del vino. Conviven viticultores, bodegas pequeñas, medianas y grandes productores de vino como los Herederos del Marqués de Riscal, elegida segunda mejor bodega del mundo y en la que hay que destacar el hotel diseñado por el canadiense Frank O. Gehry, arquitecto del Museo Guggenheim de Bilbao.
En el casco antiguo de este pueblo entre bodegas destacan la iglesia de San Andrés, un ejemplo de arquitectura tardogótica y renacentista bastante insólita, y la ermita de la Virgen de la Plaza, un edificio barroco que se levanta sobre una antigua iglesia gótica.
Labastida, Álava
La localidad de Labastida es un auténtico tesoro alavés franqueado por el río Ebro y el monte Toloño. Su antigua muralla es difícil de distinguir y actualmente se accede al casco histórico de la población a través de puertas de piedra y una vía principal, la calle Mayor.
Recomendamos llegar hasta la majestuosa Iglesia de nuestra señora de la Asunción y, a continuación, subir hasta la monumental Ermita Santo Cristo. Si te gusta el street art, en algunas de las paredes del casco antiguo podrás encontrar varios murales, siendo el de la entrada del pueblo el más emblemático.
Para descubrir más sitios imprescindibles en el territorio vasco, echa un vistazo a nuestro post sobre lugares espectaculares para visitar en el País Vasco.
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